Swayambhunath, los “piojomonos” y el gofre más grande del mundo

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DÍA 16:

Me pasé mogollón. Un huevo, tres salchichas, una especie de patatas especiadas, dos bollitos con mantequilla y mermelada, cereales y un café. Los bufetes de los hoteles son mi debilidad. Con una pesadez de estomago considerable nos dirigimos al Templo de los Monos (Swayambhunath).  La pesadez de estomago se transformó en calor, sudor y pesadez de piernas después de subir los 365 escalones que hay de camino al templo.  No se preocupen ustedes si tienen problemas para subir los escalones. Cuando llegamos arriba nos dimos cuenta que por la parte trasera de la colina hay un camino donde suben coches y autobuses.  Según llegamos nos impresionaron la maraña de cuerdas en las que hondeaban multitud de telas multicolores con rezos al viento. Había un entramado de cuerdas y banderitas imposible y caótico que hacia que el viento al pasar produjese un sonido característico. Las vistas de la ciudad y el valle son espectaculares.

Swayanbhunath es un antiguo complejo religioso en lo alto de una colina. También se le llama el Templo de los Monos porque viven aquí muchísimos monos, y son considerados santos. Dicen que cuando el bodhisatva Manjushree dejó crecer su cabellera, también crecieron sus piojos, que acabarían transformándose en estos monos. Podríamos decir entonces que son una especie de “piojomonos”. Dan mucho miedo y algo de asco. Este templo es del siglo cinco y lo veneran tanto hinduistas así como budistas. Aquí está la que se cree que es la stupa más antigua del mundo después de Dhamek, en Sartnath (Varanasi).

Las formas y diferentes partes de las stupas están cargadas de significado y simbolismos. Los escalones de la parte alta hacen referencia a los niveles de sabiduría de Buda. Se representan cinco elementos: Aire, tierra, agua, fuego y el espacio. Dicen que las stupas proporcionan buen karma. En su interior guardan rezos y alguna reliquia o tesoro (Tsa-tsas).  En las stupas, en Swayanbhunath al menos, figuran cinco budas. Bipessu, Dipenkar, Sidartha (el de la actual era) y Maitreya (el buda por venir, el último, el que logrará la completa iluminación). En el templo hay preciosas y decoradas estatuas de Sidartha. También se puede ver una estatua de piedra de Dipenkar.

En Swayanbhunath se reúnen muchos fieles que dan ofrendas (hojas verdes con arroz, incienso, algún dulce y fuego), ponen velas y rezan. Especialmente mujeres.  Hay una escultura dorada que representa la unión entre el hinduismo y el budismo. También vimos un mandala tallado en una placa de cobre. Se trataba del mapa de este stupa. Y, es que al parecer, mandala significa “mapa” en nepalí.  Son mapas de stupas vistas desde arriba.

Mientras el guía nos daba explicaciones uno de los “piojomonos” le atacó. Tuvo que defenderse con el paraguas. Acabamos escapándonos y bastante “acongojados”. La convivencia entre las personas y los monos suele ser tranquila. El culpable soy yo que debo de producir una especie de excitación negativa en los animales. Mientras sea solo en los animales no me importa. ¿Sera solo en los animales?

Pasamos la tarde en el mercado del Thamel. Viendo cosas y regateando. Hemos leído que por lo menos hay que rebajar la primera oferta del tendero en un 75%. Háganme caso, aunque vean que al principio los nepalíes se rían como diciendo “pero tu que te has creído chaval”. Luego cedan ustedes un 25%, y entonces, compren.  O mejor aun, no compren. Que seguro que más adelante verán cosas más bonitas. Los tenderos nepalíes tienen memoria fotográfica, Si vuelven, aunque sea a los días, les recordaran y retomaran el regateo donde lo dejaron.

De noche nos dirigimos al corazón del Thamel. Donde esta el ambiente nocturno. En Nargila Restaurant después de meterme un kebab tremendo con patatas entre pecho y espalda, me comí el que dicen que es el gofre más grande de Katmandú. Desde luego era el más grande que he visto en la vida. ¡Menuda bomba! Después vimos un concierto y al hotel. No pegué ojo. ¡Qué dolor de tripa!

El ambiente político estaba muy caldeado. Había muchos panfletos y carteles en la calle. Para el día siguiente se esperaba una importante huelga. Nosotros partíamos a Pokhara y esperábamos no tener ningún problema.

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